Él le robó los pendientes mientras ella se hacía con su cartera. Anillos, relojes, pulseras, gemelos. Todo cambiaba de manos sin la más ligera sospecha por parte de su legítimo dueño, demasiado ocupado en desvalijar al contrario. Foulard de seda, corbata, broche, tirantes. Jamás de los jamases habían logrado llegar tan lejos.
Una ráfaga de aire los hizo volver en sí algunos minutos después, ruborizados, al caer en la cuenta de que estaban completamente desnudos.
abril 19th, 2008 at 8:29 pm
Supongo que son gajes del oficio. ¿Saben por dónde se va al ascensor?
abril 19th, 2008 at 10:58 pm
más que concentrados debería ser desconcertados ¿no?
abril 22nd, 2008 at 10:47 pm
No uno, sino dos trabajos bien hechos, con tal afán que se olvidan de defender con el mejor ataque. Un pelotazo.
abril 28th, 2008 at 1:19 pm
Estan hechos el uno para el otro, que aprovechen y queden a tomar unas copas
me gusta la situación
saludos
JJ
mayo 2nd, 2008 at 8:56 pm
Desnudos, pero con cien años de perdón cada uno.