¿Ve esa farola de ahí? Se fundió de pena la semana pasada porque ninguna pareja de amantes se paró a besarse junto a ella. ¿Y aquel buzón? Está enfadado porque ve pasar montones de cartas todos los días, pero nunca hay una para él. En este banco no se sienta nadie porque hay demasiado ruido. Nadie se toma la molestia de cruzar la calle para usar aquella papelera. Un poco más adelante hay una señal de stop que no se respeta, y una línea continua que se ha borrado ya de tanto pasar por encima. No es niebla lo que ve usted aquí, señor, es una calle que está muy triste.

3 Responses to “La calle”

  1. Carboanion Says:

    Juas, si estas cosas fueran verdad, los Stop se suicidarían en masa porque ¿hay alguien que los respete?

  2. Aqua Says:

    ¡Esplendido!
    Me ha encantado este mini cuento, así que mañana, cuando vaya a caminar al parque, me voy fijar si hay algún farolito suicida, tal vez pueda escuchar sus penas…

  3. Sofakarma Says:

    Preciosa, esta y todas las que he leido. Y es que me encantan tus peladillas literarias: a la reflexion mas pura la recubres de dulce fantasia…maravillosas imagenes con corazoncito…tu teclado debe de pasarse la vida sonriendo de tanto baile con sentimiento. Felicitalo de mi parte.