El séptimo día se echó a dormir a la sombra de un membrillo. Hubo lluvias, guerras, plagas, epidemias y, sobre todo, muertos, muchos muertos. Pero él no se enteraba de nada.

Se despertó miles de años después en medio de un inmenso desierto de arena, cuando ya no quedaba casi nada que salvar.

4 Responses to “La siesta”

  1. sobreunanube Says:

    Peaso siesta, ¿no? :-)

  2. lunática Says:

    Me gustaron mucho los tres cuentos ultimos que pusiste (16, 17 y 18 de noviembre), pero en especial éste… Me quedado un rato reflexionando sobre él y me encanta cómo lo has plasmado! De verdad, mi enhorabuena por decir tanto con tan pocas palabras!
    Un saludo!

  3. Oyros Says:

    El séptimo día, antes de irse a dormir, debería haber inventado los despertadores y las alarmas anti incendios… ¡si es que no se puede vivir tan feliz, sin preocupaciones, como si fueras inmortal!

    :P

  4. jejo Says:

    » Somos el sueño de un dios que está dormido. « Hace algún tiempo me encontré con esta frase … hoy la uno a tu texto y se vuelven a abrir interrogantes …