Ambos jugadores poseen una capacidad asombrosa para calcular combinaciones y adivinar lo que hará el contrario con muchísima antelación. Las piezas ocupan aún su posición de salida, pero la partida ha comenzado hace rato. El maestro mira directamente a los ojos del alumno y lo ve con total claridad: mate en catorce movimientos, no hay nada que pueda hacer. Sin mediar una sola palabra, agarra a su rey y lo postra sobre el tablero ante su rival, aceptando su derrota con la dignidad de la que sólo son capaces los ancianos y los sabios.
diciembre 22nd, 2007 at 5:57 am
Otro genial! Me están encantado tus últimos cuentos! El maestro vencido por el alumno… Ley de vida, ¿no?
Un besote!
diciembre 23rd, 2007 at 11:10 pm
A veces una mirada lo dice todo.
diciembre 25th, 2007 at 4:41 pm
Y en el próximo juego entre ambos, si es que existe, será el aprendiz que orgulloso y altivo aunque agradecido ( esta vez él con blancas ) dirá : Tablas.
Saludos…
enero 5th, 2008 at 6:19 pm
Saber perder es de sabios…
enero 15th, 2008 at 2:19 pm
Me encantó la idea y como la trasmististe, ¡felicidades!